Uno de los artistas mexicanos más importantes de la historia de México es el pintor Diego Rivera, sus obras han recorrido el mundo y es catalogado como un gran muralista mexicano.
Diego Rivera nació el 8 de diciembre de 1886, en Guanajuato, desde pequeño mostró interés por la pintura, aunque su padre prefería que ingresara al Colegio Militar.
La obra de Diego Rivera y del movimiento muralista como arte nacional, tuvo su apogeo entre 1923 y 1928, cuando realizó peticiones de la Secretaría de Educación Pública, en Ciudad de México, y de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, donde la enmienda era plasmar la historia del pueblo mexicano.
El estilo de Diego Rivera tuvo la influencia de varias personalidades a lo largo de su carrera como: Antonio Fabre, con la técnica de Pille para copiar imágenes antiguas; José Mario Velasco, que le inculcó una perspectiva diferente de las tierras mexicanas; Frida Khalo, quien además se convirtió en su esposa, pero juntos crearon diversas obras reconocidas en la historia de México.
El amor de Frida y Diego también es parte fundamental de la inspiración de ambos artistas, una historia tormentosa y apasionada que hasta hoy es una de las musas favoritas de obras contemporáneas.
Lo prueban sus dos matrimonios, el primero de 1929-1939, tras un divorcio que solo duró un año, renovaron votos en 1940-1954, una condición que siempre existió entre ellos, fue la libertad de mantener relaciones extramaritales.
Además de Frida Kahlo, Diego tuvo otras musas como inspiraciones, una de sus obras más conocidas y misteriosas, es el famoso “Retrato de María Félix”, pintura en homenaje a la actriz que amó. Actualmente la obra está desaparecida.
Esta es una fotografía inédita del momento en que el muralista firmó el cuadro en presencia de su musa “María Bonita”.
Una de las obras más polémicas y la más famosa de Diego Rivera es “Sueño de una tarde dominical en la alameda” publicada en 1947, en ella el artista plasmó un paseo imaginario en que el que coinciden personajes destacados de la historia mexicana, desde el periodo colonial hasta la revolución, sellado con la frase “Dios no existe”. De esta obra también se desprende “La catrina” que con el tiempo se convirtió en un elemento fundamental del Día de Muertos en México.
Muchas de las obras de Diego son expuestas y muy valoradas pues el artista logró capturar y crear una imagen visual de la identidad mexicana moderna.