Cada profesión aporta un grano de arena a la sociedad, pero es el servicio lo que marca la diferencia. Existen quienes se toman la vocación de servicio muy en serio, incluso, quienes deciden dar le extra. Tal es el caso de Arturo Ulises Anza Gutiérrez, un enfermero que no solo se limita al cuidado del paciente, sino que buscar crear sonrisas en sus pacientes de manera creativa.
Desde hace 27 años, Arturo se dedica a la enfermería, comenzó siendo paramédico de la Cruz Roja y decidió dedicarse al área de salud. Sus pacientes y compañeros lo conocen como el enfermero que hace las cosas diferentes, pues implementa mini rutinas en las que a veces se viste de payaso o se disfraza de diferentes personajes. Esto lo hace en cualquier área en la que se encuentre, ya sea en urgencias o en la sala de espera.
A pesar de estar especializado en pediatría, su trabajo no solo se limita a los niños, sino que mediante sus diferentes dinámicas lleva felicidad a chicos y grandes. “Recuerdo una ocasión en la que una señora me interceptó para decirme que gracias a lo que yo hice, la intervención y los procesos que llevó estaba viva, además mencionó que no se acordaba de mucho, pero que escuchaba al escuchar mi voz se dio cuenta que era yo ‘el que le había salvado la vida’, por lo que se acercó a mí y me abrazó", contó Ulises.
A pesar de que muchas críticas podrían surgir, Ulises continúa con sus dinámicas día a día, inspirado en “Patch” Adams, un médico estadounidense conocido como ‘el médico de la risoterapia’. Según afirma el enfermero, todos los días se va a dormir con la tranquilidad y el regocijo de poner su granito de arena por los demás, esperando que haya “más locos como él”.
“Esto es lo que hace la diferencia, cambia la perspectiva de muchas personas, cambia la perspectiva de aquella persona que está enferma, de aquella persona que llega con la necesidad en su momento al hospital. Solventar algo o hacerlo mucho más fácil, de verdad que es muy benéfico para ellos”, concluyó Ulises.
Con información de Alejandra Orozco Ardines.
