De profesión Criminóloga , Selene se convirtió en la primera mujer embalsamadora certificada en la Tanatopraxia en el estado de Chiapas. Su especialidad es embalsamar y embellecer los cuerpos de personas fallecidas.
Su trabajo ha sido enfocado en mujeres y niños “por la confianza que las personas me pueden a mí otorgar para trabajar con sus familiares, que ya han pedido la vida, como te explicaba mi trabajo va más que nada enfocado también en la tanatoestética, y quieras o no también el ser mujer nos hace más detallistas en muchos trabajos, y eso me ha llevado también a desempeñar mi trabajo con mucho amor y mucha pasión para esas personitas que ya están descansando, explicó la experta.
En el desempeño de su profesión los puentes y días festivos no existen, pues nunca sabe cuándo y a qué hora será requerida; a pesar de las difíciles circunstancias para realizar su trabajo, ni los olores nauseabundos ni las largas jornadas la detienen.
“Yo me enfrasqué tanto en el amor a las personas, en trabajar con tanta compasión más bien a ellas que fíjate que lo veo más pasajero, a lo mejor a mí me pueden hablar un 10 de mayo que estoy celebrando un día de las madres y yo tengo que ir a trabajar y la verdad lo hago con mucho gusto”, nos detalló Selene.
Ella es madre, razón por la cual realiza su trabajo con mayor cuidado y sensibilidad, aunque nos cuenta que no se ha salvado de experiencias paranormales, tal es el caso de un niño que embalsamó cuya familia era satánica.
“Tenía alrededor de seis años más o menos el niñito, pidieron ciertas cosas que no se manipularan con él, por el respeto a la religión que ejercían sus papás, pero empezaron a suceder cosas muy extrañas, ya no dentro de la funeraria, sino dentro de mi casa, y empezaron a tener ciertas manifestaciones”, nos contó la embalsamadora.
Sin embargo, Selene se siente satisfecha con su trabajo y el poder darle un poco de paz a los dolientes, pues dice que “Más vale tenerle miedo a los vivos que a los muertos”.
Con información de: Alejandra Orozco
