A escasos 15 minutos de la capital chiapaneca, se encuentra el ejido de Copoya, el cual alberga en sus habitantes un legado de cultura, tradiciones y costumbres zoques. A su vez, transmitidas de generación en generación, las recetas de antaño aún permanecen entre sus cocineros, quienes endulzan el paladar de los turistas con el sazón de la cocina zoque.
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Platillos zoques endémicos de Copoya
Entre sus principales platillos se encuentra el ninguijuti, el cual es típico en las festividades religiosas, en los velorios y en otras celebraciones endémicas de la región. Este se prepara con mole, usando tomate, chile y un poco de masa. A decir de los pobladores, este es un platillo fácil de elaborar.
Otra de las principales comidas que representan a este ejido es el tamal de flor de espada, los cuales están hechos con mole de chiles mulatos en hoja de plátano. Cabe resaltar que estos son preparados con una masa especial, la cual es de maíz amarillo y lleva por nombre taseahual, además entre sus ingredientes también se encuentran las flores, frutos y hojas autóctonas de temporada, el cacao y una gran cantidad de chiles.
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Son pocas las cocineras que aún continúan incluyendo entre sus recetas la comida zoque, pues ya sea por miedo al fuego, pereza o falta de tiempo, las nuevas generaciones no se ven tan interesadas de participar de este legado.
La conservación de la herencia ancestral de la gastronomía zoque es clave no solo consentir al paladar turístico, sino para la preservación y rescate culturas de las recetas más antiguas que aún permanecen en el estado, las cuales dan identidad a la gastronomía chiapaneca.
Con información de Marcela Ontiveros.
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