Una de las tradiciones más emblemáticas del Día de Muertos , es la del Pómuch, la población de Campeche que nunca se despide de sus muertos. Siendo así, una semana antes de las festividades del 1 y 2 de noviembre, desentierran a sus muertos para limpiar sus huesos, esto lo hacen con la creencia de que estén listos y arreglados para la celebración.
Esta practica del pueblo maya se transmite de generación en generación, como un legado de padres a hijos en la conservación de la cultura. Fue nombrada Patrimonio Cultural Intangible del estado de Campeche en el 2017.
Para realizar este ritual y empezar a limpiar al fallecido, es necesario que hayan transcurrido tres años desde su fallecimiento, para así poder exhumarlo. Los huesos son colocados en cajas, en estas colocan una tela blanca, la cual representa la vestimenta de los restos óseos de sus familiares que han partido. Estas cajas son depositadas en nichos, los cuales adornan con flores y velas.
En muchas ocasiones se pueden percibir signos de momificación en los cadáveres, estos se logran de manera natural gracias a los minerales de la tierra del poblado.
Esta práctica es considerada imprescindible para este pueblo, por lo que la distancia o el tiempo, no deben ser obstáculo para que los pobladores realicen el ritual. Es por eso que muchos familiares incluso llegan a contratar a personas para que realicen la limpieza.
Al finalizar con el tratamiento, el cráneo del difunto debe quedar encima, puesto que la caja deja abierta todo el año y así, según los habitantes de Pómuch, “continuará en contacto y conviviendo con sus familiares”.
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