El año 2007 marcó un hito trágico en la historia de Tabasco y Chiapas , estados del sureste mexicano que sufrieron una de las inundaciones más devastadoras de su historia reciente. Las torrenciales lluvias, producto de fenómenos meteorológicos extremos, provocaron el desbordamiento de ríos y la sumersión de extensas zonas, dejando a su paso una estela de destrucción y sufrimiento.
Estas afectaciones se llevaron a cabo al finalizar el mes de octubre 2027, pero el desastre duró por semanas, ante la reconstrucción de las ciudades, búsqueda de personas, desfogue del agua acumulada y habilitación de los servicios básicos en la región.
Inundaciones de Tabasco en 2007
Tabasco , conocido por su exuberante vegetación y su producción petrolera, se convirtió en un inmenso mar interior. Las cuencas de los ríos Grijalva y Usumacinta, alimentadas por las intensas precipitaciones, rebasaron su capacidad, inundando ciudades, pueblos y comunidades rurales.
Las cifras de esta catástrofe son escalofriantes: más del 60 por ciento del territorio estatal quedó sumergido, afectando a cientos de miles de personas y provocando pérdidas económicas cuantiosas. La infraestructura, los cultivos y la actividad económica se vieron severamente dañadas, dejando a la población en una situación de vulnerabilidad extrema.
De acuerdo con el reporte oficial de gobierno, las intensas lluvias generaron los siguientes daños:
- 17 municipios con declaratoria de desastre
- 123 mil 386 viviendas afectadas
- 127 hospitales con daños severos
- 3 mil 400 escuelas inhabilitadas
- 850 mil habitantes afectados
La presa Peñitas, una de las principales infraestructuras hidráulicas de la región, alcanzó niveles históricos, obligando a las autoridades a liberar grandes volúmenes de agua para evitar su colapso. Esta medida, aunque necesaria, agravó la situación en las zonas bajas.
- 62 por ciento del territorio estatal quedó cubierto por agua.
- 75 por ciento de población damnificada fue de 679 localidades de 17 municipios.
- Pérdidas hasta por más de 4 mil millones de pesos, según el estudio de impacto socioeconómico (CENAPRED, 2007).
- 31.77 por ciento de perdidas del sector productivo
- 26.85 por ciento de perdidas de la agricultura
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Inundaciones y desastre del 2007 en Chiapas
Mientras Tabasco luchaba contra las inundaciones, Chiapas enfrentaba un desafío distinto, pero igualmente devastador. En el municipio de Ostuacán, un gigantesco deslizamiento de tierra bloqueó el cauce del río Grijalva, formando un lago natural que amenazaba con inundar nuevas áreas.
El alud, de proporciones colosales, sepultó un poblado entero, causando la muerte de decenas de personas y dejando a cientos más sin hogar. Las imágenes del desastre conmovieron al país y al mundo, mostrando la fuerza de la naturaleza y la fragilidad humana.
Las inundaciones de 2007 dejaron una profunda huella en Tabasco y Chiapas . Las pérdidas materiales fueron incalculables, pero el costo humano fue aún mayor. Miles de personas perdieron sus hogares, sus pertenencias y, en algunos casos, a sus seres queridos.
La catástrofe de estas regiones ante los fenómenos extremos son un recordatorio de que el cambio climático es una realidad y que sus efectos se hacen sentir cada vez con mayor intensidad.
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