Un devastador deslizamiento de tierra en una remota aldea de Papúa Nueva Guinea ha sepultado vivas a más de 2.000 personas, según estimaciones del gobierno. La tragedia, que ocurrió en la madrugada del viernes en la comunidad de Yambali, en la provincia montañosa de Enga, ha dejado a cientos de familias en duelo y ha provocado una desesperada búsqueda de sobrevivientes.
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Las autoridades locales informaron que el deslizamiento, que se produjo tras fuertes lluvias en la región, arrasó con más de 150 casas, dejando a sus habitantes sepultados bajo toneladas de tierra y escombros. Las labores de rescate se han visto obstaculizadas por el terreno accidentado y la falta de infraestructura en la zona, lo que ha generado gran preocupación por el número de víctimas fatales.
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“La situación es realmente catastrófica”, dijo el primer ministro de Papúa Nueva Guinea, James Marape, en una declaración televisada. “Tenemos información de que más de 2.000 personas han quedado sepultadas vivas por el deslizamiento de tierra. Es una tragedia de proporciones inimaginables”.
Los equipos de rescate, compuestos por personal local, policías y militares, trabajan incansablemente para encontrar sobrevivientes, pero las esperanzas de encontrarlos con vida disminuyen con cada hora que pasa. Las autoridades han solicitado ayuda internacional para hacer frente a la magnitud del desastre y proporcionar asistencia a las familias afectadas.
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La comunidad internacional ha expresado sus condolencias al pueblo de Papúa Nueva Guinea por esta terrible tragedia. Naciones Unidas y diversas organizaciones humanitarias han ofrecido su apoyo para colaborar en las labores de rescate y en la posterior reconstrucción de las zonas afectadas.
